Aprovisionamiento de materias primas con un uso responsable y eficiente de agua, reducción del uso de agua mediante el eco(re)diseño de las instalaciones, regenerar y reutilizar el agua depurada a final de línea, proyectos de compensación hídrica para devolver un volumen de agua equivalente al consumido…
Son algunas de las diez medidas basadas en economía circular para la gestión del agua en las industrias agroalimentarias que el centro tecnológico AINIA ha propuesto en el III Seminario Técnico Internacional Economía Circular en la Gestión del Agua de las Industrias Agroalimentarias celebrado el pasado martes, 9 de abril, en Paterna (Valencia).
Y es que, teniendo en cuenta que en 2050 se estima que existirán 9 billones de personas en el mundo, y que para poder alimentar a toda esa población la producción de alimentos a nivel mundial deberá incrementarse en un 60 %, este hecho supondrá un incremento de casi el 20 % en el uso de agua en agricultura. A lo que, además, debemos añadir que nada menos que un tercio de los alimentos que producimos no son finalmente consumidos, lo que implica desperdiciar todos los recursos ocultos empleados para su obtención.
”El modelo actual de producción y consumo de alimentos todavía tiene mucho de lineal, usando recursos como el agua y otras materias primas como si fueran infinitos, y transformándolos poco después de ser extraídos en residuos, lo que supone un grave problema de sostenibilidad que debemos cambiar a través de modelos circulares mucho más eficientes”, explica Andrés Pascual, responsable departamento de medio ambiente, bioenergía e higiene industrial de AINIA.
Diez medidas para gestionar el agua
En este contexto, en el seminario celebrado en Paterna AINIA presentó diez medidas para avanzar en el impulso de la economía circular en la gestión del agua:
1. Promover el aprovisionamiento sostenible de materias primas con un uso responsable y eficiente de agua. Las industrias empiezan a exigir certificaciones de sostenibilidad a los grandes proveedores de commoditites alimentarias y a colaborar con pequeños agricultores y ganaderos en buenas prácticas ambientales.
2. Reducción del uso de agua mediante el eco(re)diseño de las instalaciones y mejora de procesos productivos. Haciendo más fácilmente limpiables las líneas de procesado se consiguen ahorrar agua, energía o productos químicos.
3. Reutilizar/reciclar el agua dentro de fábrica, en ciclo cerrado u otros puntos de la planta, y recuperar agua y el resto de recursos de materias primas u otras corrientes líquidas, interna o externamente. Por ejemplo, recuperando agua de la leche en fábricas que producen leche en polvo y luego reciclarla par usarla en procesos productivos.
4. Regenerar y reutilizar el agua depurada a final de línea, y recuperar recursos de los lodos de depuración. Riego de parcelas agrícolas anexas a las industrias con aguas depuradas según normativa en vigor.
5. Medir a través de la huella hídrica y/u otros indicadores como herramientas de mejora y comunicar los logros alcanzados participando en acuerdos voluntarios sectoriales. El sector de bebidas refrescantes es modélico en la definición de objetivos sectoriales en el ámbito del agua.
6. Desarrollar proyectos de compensación hídrica devolviendo un volumen de agua equivalente al consumido en los productos. Ejemplo de Heineken en Doñana o Coca-Cola en siete proyectos por toda España.
7. Maximizar la eficiencia energética y el uso de fuentes de energía renovables. Desde optimizar el consumo energético en los tratamientos de depuración como valorizar en forma de biogás corrientes de alta carga orgánica y autoconsumirlo.
8. Promover la economía colaborativa, simbiosis industrial y otros nuevos modelos de negocio. Compartir depuradora, entregar residuos líquidos orgánicos a depuradoras municipales para codigestión con sus lodos de depuración, etc.
9. Optimizar el uso del agua a través de soluciones 4.0. Algoritmos para optimizar el funcionamiento de las instalaciones de tratamiento u optimizar los consumos en fábrica.
10. Apostar por la investigación, el desarrollo y la innovación. Desarrollo de nuevas alternativas que garanticen un reciclado o reutilización de corrientes eficiente y seguro desde el punto de vista de la higiene.
