La DOCa Rioja continúa diversificando su oferta facilitando una mayor información en el etiquetado de sus vinos. Los vinos de pueblo y los de zona completan la renovación del actual sistema, aumentando así la visibilidad de estas unidades geográficas menores e impulsando definitivamente un desarrollo que comenzó en 1998.
El Consejo Regulador de la DOCa Rioja aprobó ayer viernes la puesta al día de la regulación de las indicaciones de zona —un cambio de nombre para las subzonas que expresa mejor la filosofía de lo que Rioja quiere transmitir— y municipio o pueblo, con el objetivo de darles mayor visibilidad.
Con esta decisión se quiere satisfacer las inquietudes de los operadores, líderes de opinión y consumidores finales, que demandaban una mayor información sobre la gran diversidad de vinos que actualmente ofrece al mercado la D.O. Ca. Rioja mediante su identificación en el etiquetado. Estas nuevas indicaciones geográficas complementarán su tradicional y exitosa gama de vinos elaborados mediante ensamblaje de distintas procedencias.
Vinos de pueblo y de zona
Tras regular en 1998 un procedimiento de trazabilidad que permitía que los nombres de los municipios o Rioja Alta, Rioja Alavesa o Rioja Baja aparecieran en el etiquetado, el Consejo ha dado un paso más contemplando situaciones en las que los elaboradores cultivan viñedos en localizaciones limítrofes, de manera que se permitirá la incorporación de hasta un 15% del volumen de uva en estas condiciones. El requisito será una vinculación prolongada del viñedo, que obedecerá a un proyecto permanente y evitará especulaciones. Este margen de tolerancia se enmarca en las posibilidades que ofrece la normativa comunitaria.
Otra de las novedades será el aumento de tamaño para la representación de los pueblos o de las ahora denominadas zonas. Hasta ahora el tamaño de estas indicaciones se limitaba como máximo a dos tercios del que tenía ‘Rioja’. Desde ahora se podrán representar en igualdad de condiciones, con el único requisito de que no destaquen más que el nombre de la Denominación. Finalmente, los elaboradores de vinos de pueblo distinguirán estas marcas de otras.
Para pilotar la implementación de estos cambios y lograr su adecuado desarrollo se ha recuperado la constitución de una Comisión para entender de la materia, que presidirá un alavés, Ramón Emilio Muro Aguirrebeña, representante de las Cooperativas del Territorio Foral. Se ha planteado también que la zona de Rioja Baja pase a llamarse Rioja Oriental, para lo cual se explorará en los próximos meses su viabilidad legal y comercial.
Todos los cambios
La primera decisión en este periodo de cambios fue la revisión de las definiciones de las categorías tradicionales Reserva y Gran Reserva, con la determinación de un período mínimo de permanencia en botella en la primera, obligatorio desde el 1 de enero de 2019, y la flexibilización de uno de los años de envejecimiento en botella en la segunda
Además, se aprobó la posibilidad de elaborar vinos monovarietales blancos a partir de cualquiera de las variedades autorizadas.
Le siguieron la aprobación de la nueva indicación para vinos procedentes de ‘Viñedos Singulares’, así como la regulación de la elaboración de vinos espumosos de calidad, que ahora se han completado con los vinos de municipio y de zona.
