Una buena parte de los alimentos que se producen en la Tierra no sirven para nada, ya que, desgraciadamente, acaban en el cubo de la basura. Pero en los últimos años han aparecido una serie de movimientos e iniciativas que luchan contra el desperdicio, con soluciones como la venta de alimentos con fecha de caducidad próxima a precios reducidos.
Como, por ejemplo, Phenix, una empresa certificada como B Corporation, un nuevo tipo de negocios que buscan el equilibrio entre sus objetivos y los beneficios, con la obligación legal de considerar el impacto de sus decisiones en sus empleados, clientes, proveedores, la comunidad y el medio ambiente.
Basándose en ese principio, la compañía conecta a quienes tienen demasiado con aquellos que no tienen suficiente, dando una segunda vida de responsabilidad y solidaridad a los artículos no vendidos, siempre con el objetivo de completar el ciclo y evitar así el desperdicio alimentario. Y lo hacen proponiendo dos tipos de soluciones: por una parte mediante ventas a un precio reducido en su app, para que todo el mundo pueda participar en la lucha contra el desperdicio adquiriendo el excedente de los comercios asociados a un precio reducido y, por otro lado, a través de donaciones, ya sea dirigidas a asociaciones y entidades benéficas, garantizando una segunda vida solidaria al excedente alimentario, como para la alimentación animal —granjas, parques de animales… —, cuando se trata de excedentes alimentarios y sobras que no son comestibles por el ser humano y, finalmente, con el resto —peladuras, residuos orgánicos… — dedicándolo a compostaje y metanización.
“En el caso concreto de España se tiran 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año y una persona desperdicia una media de 179 kg por año. Pero el problema no se queda aquí. El denominado ‘Índice de desperdicios de alimentos 2021’ expone una cifra casi aterradora: antes de la pandemia hubo 931 millones de toneladas de alimentos desperdiciados, lo que sugiere que el 17 % de la producción total de alimentos en el mundo se desperdició, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización británica sobre residuos WRAP”, explican desde Phenix.
Y según este estudio liderado por la ONU, la mayor parte del desperdicio de alimentos —equivalente a un 61 %— proviene de los hogares. Por este motivo, desde Phenix han preparado una selección de recetas que ponen la cocina al alcance de todos y con las que aprovechar los alimentos para que no tengan que ser malgastados. Como, por ejemplo, esta Quiche de verduras.
Quiche de verduras sobrantes
INGREDIENTES
- Masa quebrada
- Surtido de verduras sobrantes que tengamos en su nevera, por ejemplo: calabacín, calabaza, pimiento rojo, cebolla…
- 200 g nata para cocinar
- 1 huevo
- Queso Emmental
- Aceite de oliva virgen extra
- Una pizca de sal
ELABORACIÓN
Troceamos el calabacín, la calabaza, el pimiento rojo y la cebolla en forma de dados.
En una sartén con un poco de aceite caliente añadimos la cebolla y el pimiento rojo, con un poco de sal. Cuando la cebolla comience a estar transparente, añadimos el calabacín, mezclamos bien y dejamos freír durante 5 minutos, luego añadimos la calabaza y un poquito de sal, y cuando la verdura esté bien pochada apagamos el fuego y reservamos.
A continuación, en un molde adecuado untamos un poco de mantequilla o margarina y disponemos la masa quebrada. Pinchamos con un tenedor toda la base para evitar que suba, y la horneamos a 180 ºC durante 15 minutos.
Añadimos la nata y el huevo batido a las verduras que tenemos reservadas. Mezclamos bien e incorporamos el relleno sobre la masa quebrada ya horneada, disponemos el queso por encima y metemos de nuevo al horno durante 30 minutos a 180 ºC, con calor arriba y abajo.





