El chorizo de León es un embutido curado, sometido opcionalmente a un proceso de ahumado, elaborado a partir de lo mejor del cerdo blanco, un producto que, junto a la morcilla y la cecina forma el trío de sabrosos embutidos más representativos de la rica despensa leonesa.
El componente básico es carne fresca de cerdo de razas blancas, machos castrados y hembras, correspondientes a los despieces de jamón, paleta, aguja, papada, panceta y tocino dorsal, que mediante un cuidadoso proceso de elaboración, unido a las cualidades de las materias primas, determinan la calidad tradicional de este producto, en particular su sabor y aroma característicos.
El periodo mínimo de curación para su puesta en el mercado es de 30 días. La forma más habitual de consumir es: base imprescindible del picadillo, en rodajas en el tapeo, como ingrediente del bocadillo, con patatas, guisado al vino, en croqueta o en tortilla, con lentejas, con Alubias de La Bañeza, en empanada, en pizza…
O bien como ingrediente de propuestas gastronómicas como este Hojaldre caramelizado con requesón, Chorizo de León, miel de León y avellanas, una receta de Gustavo de la Fuente Santamarta (Confitería Fuensanta, León) ofrecida por la Marca Colectiva Chorizo de León.
Hojaldre caramelizado con requesón, chorizo, miel y avellanas
INGREDIENTES
Para 4 raciones
- 4 discos de hojaldre de 4 cm de diámetro
- 80 g de chorizo de León
- 120 g de requesón
- Azúcar en polvo
- Miel
- 8 avellanas
ELABORACIÓN
Con la ayuda de un cortapastas, preparamos los discos de hojaldre. Los horneamos a 215 ºC durante 12-15 minutos, sacamos, espolvoreamos el azúcar en polvo y volvemos a meter en el horno hasta que caramelice. Dejamos enfriar.
Trabajamos el requesón y lo disponemos encima del hojaldre caramelizado ya frío. Picamos el chorizo en tacos finos y colocamos sobre el requesón. Añadimos una cucharilla de café de miel alrededor del requesón.
Finalmente, picamos las avellanas tostadas, las espolvoreamos por encima del chorizo, calentamos ligeramente y servimos.
Chorizo de León
El chorizo de León es un embutido de excelente calidad y larga tradición por esas tierras, que ha perdurado hasta nuestros días fiel a su esencia: calidad de la materia prima, cuidada elaboración y un clima continental frio y seco que acompaña en su proceso de curación.
A pesar de ser un producto que no precisa más que un cuchillo de corte para su consumo —si acaso un buen pan de leña como compañía— su prolongada existencia en despensas y desvanes ha propiciado su incorporación a un buen número de platos tradicionales y, en los últimos tiempos, a la cocina de vanguardia.





