Hoy jueves, 22 de agosto, ha comenzado la vendimia en la Denominación de Origen Protegida Somontano recogiendo los primeros kilos de la uva blanca Chardonnay, una de las primeras, junto a la blanca Gewürztraminer y la tinta Merlot, en culminar el necesario proceso de maduración.
De este modo, y tras las intensas y esperadas precipitaciones del pasado lunes, ha comenzado esta campaña 2019 que se prolongará hasta las primeras semanas de octubre cuando se vendimien las últimas parcelas de las uvas tintas Garnacha, Cabernet Sauvignon, Parraleta o Moristel, que son las de más maduración más tardía.
Y, aunque efectivamente, la campaña de vendimia en Somontano se ha dado oficialmente por iniciada con estos primeros kilos de uva Chardonnay que se están recogiendo hoy mismo, la cosecha no se generalizará realmente hasta la semana que viene, cuando las treinta y dos bodegas pertenecientes a la Denominación y los casi cuatrocientos viticultores propietarios de viñedo estarán inmersos en la recogida paulatina y progresiva de las quince variedades de uva que conforman el mapa varietal de las 4.000 hectáreas de viñedo de la DO Somontano.
Partiendo de los controles de maduración de las parcelas y de las conversaciones con las bodegas, el Consejo Regulador prevé concluir la vendimia con una cifra en torno a los 19.000.000 de kilos de uva de alta calidad, superando la campaña del año pasado que se cerraba con un total de 18.700.000 kilos.
Somontano. Apuntes de vendimia
La vendimia de este año ha comenzado en las fechas habituales de la Denominación. El 50 % de su viñedo está plantado en regadío, y el otro 50 %, en secano. Las viñas de secano no han adelantado la maduración ni, por tanto, el inicio de la vendimia, gracias a las reservas hídricas que conservaban del año pasado, que han permitido concluir el ciclo vegetativo, en general, bastante bien, a pesar de las escasas precipitaciones registradas durante todo el año. También ha favorecido esa buena y paulatina maduración una primavera fresca.
El verano ha estado marcado por tres olas de calor, la primera en la última semana de junio. Tan altas temperaturas hacen que la planta cierre sus estomas y detenga el ciclo vegetativo por lo que ese calor no ha afectado al fruto ni han adelantado la maduración. En el caso de las viñas de regadío, las necesidades hídricas de las plantas se han atendido con el riego de las mismas lo que ha garantizado, también, una buena y paulatina maduración.
Y, finalmente, las precipitaciones registradas el pasado lunes, 19 de agosto, han sumado una media de 50 litros por metro cuadrado y con ellas las uvas culminarán su proceso de maduración en las mejores condiciones.
