A casi todos nos gusta la fruta prácticamente en cualquiera de sus variedades, pero a la hora de comerla, la mayoría nos lo pensamos dos veces, tan solo por el hecho de tener que pelarlas. Una buena opción para tener siempre a mano una buena dosis de estos sanos alimentos, que además nos permitirá disfrutar […]

A casi todos nos gusta la fruta prácticamente en cualquiera de sus variedades, pero a la hora de comerla, la mayoría nos lo pensamos dos veces, tan solo por el hecho de tener que pelarlas.

Una buena opción para tener siempre a mano una buena dosis de estos sanos alimentos, que además nos permitirá disfrutar de ellos en momentos en los que -por ejemplo el desayuno- no disponemos de mucho tiempo, es la siguiente:

En cualquier ocasión en la que ya estemos metidos en faena, realizando alguna labor de cocina, pelamos varios tipos diferentes de frutas, en buena cantidad: melón, piña, sandía y naranja, por ejemplo. O plátano, fresas y naranja. Cualquier combinación que realmente nos apetezca.

Las cortamos en trozos y con ellos hacemos unas brochetas, con palillos de madera,  intercalando las diferentes frutas.

Colocamos las brochetas en un recipiente y las rociamos al gusto: con sirope, con zumo de naranja y azúcar o coco rallado, los más exquisitos con vino dulce, y las conservamos en el frigorífico.

De este modo, en los dos o tres días siguientes siempre tendremos a nuestra disposición una buena ración de fruta deliciosa, sana y fácil de comer, que es lo fundamental.

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