Vivir en España significa disponer de una oportunidad única para consumir los productos más característicos de la Dieta Mediterránea, como por ejemplo, las frutas, hortalizas, y sus transformados en zumos, conservas y ultracongelados, puesto que es posible conseguirlas fácilmente y a un precio razonable, facilitando así una dieta equilibrada y saludable.
El proceso por el que pasan las verduras congeladas permite procesar la materia prima vegetal de forma eficiente y con bajo impacto ambiental. Además, el producto llega al consumidor limpio y troceado, impidiendo que se generen desperdicios. Pero, ¿y desde el punto de vista nutricional? ¿conservan las verduras congeladas sus propiedades? En torno a las propiedades nutritivas de las verduras congeladas han girado muchos mitos, sin embargo, según la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC) ya son varios los estudios que han demostrado cómo, gracias al proceso de la ultracongelación, se preservan prácticamente intactas sus propiedades.
“El proceso que siguen las verduras congeladas es un gran desconocido para la población. La principal diferencia entre una verdura fresca y una congelada es que, la segunda se congela a gran velocidad y en continuo movimiento para conservar la calidad, sabor y valor nutricional del producto. El proceso se realiza con aire a menos cuarenta grados, que permite que el producto alcance rápidamente la temperatura de menos veinte, evitando así roturas de tejidos y pérdida de fluidos”, explica Álvaro Aguilar, secretario general de ASEVEC.
Otra de las ventajas que presentan estos productos es que ayudan a evitar el desperdicio alimentario y son medioambientalmente sostenibles. Su tratamiento permite que lleguen al consumidor limpias, enteras o troceadas, por lo que no generan desperdicios y, además, son de uso fácil y rápido, ya que se presentan listas para cocinar, dando lugar a elaboraciones como estas Zanahorias asadas con especias orientales, vinagreta de miel y limón y queso de cabra.
Zanahorias asadas con especias orientales, vinagreta de miel y limón, y queso de cabra
INGREDIENTES
- 500 g de zanahorias congeladas
- 85 ml de zumo de naranja
- 200 ml de aceite de oliva
- Media cucharadita de comino molido
- 1 pizca de azafrán
- 6 dátiles
- 1 cucharada sopera de cilantro fresco
- 1 cucharada de miel
- 100 g de queso de cabra
- Media cucharadita de sal
ELABORACIÓN
Echar las zanahorias, sin descongelar, en una sartén con dos cucharadas de aceite. Dejar rehogar a fuego medio durante 7 minutos, moviendo continuamente.
Cuando estén hechas, mezclarlas en un bol con el zumo de naranja, el aceite y la miel. Añadir el comino y el azafrán, salpimentar al gusto, y remover todo bien.
Deshuesar los dátiles, cortarlos en trozos pequeños y añadirlos al bol, junto con las zanahorias y el aliño. Mezclarlo bien y guardar en la nevera durante una hora.
Pasado ese tiempo, sacar el bol de la nevera y añadir el cilantro fresco picado. Por último, picar el queso de cabra en daditos y añadirlo.
Emplatar con un poco de cebollino picado por encima.





