Desde el confinamiento, que nos ha hecho a todos estar más en casa, nos preocupamos más por la compra periódica de productos frescos, cocinamos más en los hogares como una forma de hacer un plan especial en pareja o en familia, organizamos mejor las comidas, y hasta estamos aprendiendo a reutilizar mejor las sobras.
Por ello, desde Seafood from Norway – Mar de Noruega, han querido trasladar una serie de consejos, de la mano del tecnólogo alimentario y divulgador sobre nutrición y seguridad alimentaria, Mario Sánchez, para que, una vez en casa, sepamos manipular, preparar y conservar el salmón con tan solo tener en cuenta unas sencillas pautas de seguridad alimentaria.
El salmón en casa
La preparación. Si traemos un lomo de salmón entero y la idea es prepararlo en casa, no debemos olvidar utilizar una tabla específica únicamente para el pescado. Siempre que podamos utilizaremos tablas de plástico o acero inoxidable, que permiten una mejor limpieza que las de madera. Las de plástico son muy cómodas porque permiten organizarlas y comprarlas por colores para cada tipo de alimento diferente, especialmente la carne, las verduras y el pescado.
La conservación. El salmón crudo no podemos almacenarlo más de uno a dos días en el frigorífico. Sin embargo, si lo aprovechamos para otra receta o preparación donde cocinemos el salmón, podremos alargar su vida útil hasta los tres o cuatro días. En los platos con salmón crudo, como el poke, el sushi o el tartar, es mejor conservar los ingredientes por separado y montar el plato cuando lo vayamos a comer, así alargamos su vida útil. Una vez preparado hay que conservarlo en el frigorífico y consumirlo en uno o dos días.
Para llevar en tupper. Tanto en crudo como cocinado, el alimento o la preparación culinaria debe refrigerarse a la mayor brevedad posible, ya que de lo contrario estaremos entrando en una ventana de temperatura ideal para el crecimiento de microorganismos peligrosos. Si queremos utilizar tuppers o sandwiches para llevar al trabajo, siempre debemos refrigerar una vez que lleguemos. Se recomienda que no mantengamos más de dos horas a temperatura ambiente alimentos ya preparados, aunque cuanto menos tiempo pasen, mejor.
Para congelar. Si vamos a congelar el salmón crudo, no olvidemos la regla de oro: congelar rápido y descongelar despacio, en el frigorífico. El salmón fresco dura de dos a tres meses congelado, y si es cocinado podría alargarse hasta los cuatro meses. También debemos tener en cuenta que no se pueden congelar platos cocinados que contengan pasta, arroz, patata, ya que estaríamos mezclando diferentes alimentos con propiedades y duraciones distintas. Y a la hora de descongelar, mejor dejarlo en el frigorífico tapado que sin tapar, ya que así no mezclaremos el potente olor del pescado con otros alimentos. Es importante descongelar en las partes bajas del frigorífico para evitar que los posibles exudados o líquidos del pescado contaminen otros productos del frigorífico.
