En 1759 Arthur Guinness firmó un contrato de 9.000 años en la famosa fábrica de cerveza de Dublín en Saint James’ Gate. Desde entonces, Guinness se ha convertido en una de las marcas más icónicas de todos los tiempos, una cerveza que se bebe en más de 150 países de todo el mundo.

En 1904 la marca de cerveza irlandesa inaugura su mítica Storehouse, una casa-museo que ahora, por primera vez, se ha trasladado desde Dublín hasta Madrid para que pueda ser visitada por todos los amantes de la buena cerveza.

Desde hoy y hasta el domingo 30 de noviembre Guinness traslada su emblemática Storehouse de Dublín y su impactante Gravity Bar al corazón de la capital para dar a conocer la auténtica esencia irlandesa, su proceso artesanal y descubrir al mundo por qué son esenciales los 119,5 segundos al servir cada pinta, ni más ni menos.

Todo ello en un espacio que recuerda a fábrica irlandesa con ladrillos vistos, cemento y hierro en las ventanas. Un ritual, ya clásico, alrededor de la pinta perfecta que durante tres días se podrá descubrir en el madrileño multiespacio Impact Hub con un recorrido por diferentes espacios donde, a través de salas interactivas que recoge la conocida trayectoria de la marca irlandesa.

En primer lugar, vistar la sala de elaboración, con los diferentes ingredientes que hacen de esta cerveza la cerveza oscura por excelencia; a continuación, la sala del maestro tonelero, en la que se explicará el proceso de distribución y cómo es posible que todas las Guinness del mundo salgan de la fábrica de Dublín; después, cómo no, conocer el tiempo exacto para servir la pinta perfecta. Y finalmente, entrar en el particular Storehouse emplazado en un espacio que recuerda a fábrica irlandesa con ladrillos vistos, cemento y hierro en las ventanas.

Cocina irlandesa

Además el visitante podrá disfrutar de la auténtica gastronomía irlandesa supervisada por el prestigioso chef del Storehouse de Dublín, Justin O’Connor, que viaja exclusivamente para ofrecer los auténticos platos irlandeses que maridan a la perfección con una pinta de Guinness. Para los amantes de la comunicación y la publicidad se ha habilitado una extensa exposición de campañas publicitarias de la marca desde sus inicios hasta la actualidad.

Con esta iniciativa Guinness pretende exportar su conocimiento sobre la cerveza a todos los amantes de esta bebida trasladando por primera vez su Storehouse, la Casa de Guinness, a las principales capitales de Europa. En 1997 abrió sus puertas al público y en el año 2000 se creó lo que es hoy, una experiencia interactiva con el visitante.