“Algunas dietas requieren más agua y más tierra, y causan más emisiones de gases que aumentan el calentamiento global. Las dietas balanceadas con más alimentos a base de granos, legumbres, frutas y verduras y con alimentos animales producidos de manera sostenible, ofrecen más oportunidades de limitar el cambio climático”.

Así se expresa la experta Debra Roberts, refiriéndose al reciente informe sobre La Tierra y el Cambio Climático publicado por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC – Intergovernmental Panel on Climate Change) de la ONU en el que se destaca, entre otros datos preocupantes, cómo el clima está afectando la disponibilidad, el acceso, la nutrición y la estabilidad de los alimentos.

«La seguridad alimentaria se verá cada vez más afectada por el cambio climático futuro a través de la disminución del rendimiento agrícola, especialmente en los trópicos, con el aumento de los precios, la reducción de la calidad de los nutrientes y las interrupciones de la cadena de suministro. Veremos diferentes consecuencias en diferentes países, pero habrá un impacto más drástico en los países de bajos recursos en África, Asia, América Latina y el Caribe», asegura Priyadarshi Shukla, una de las autoras del informe.

Más verduras y menos desperdicio

Y es que actualmente se pierde o se desperdicia alrededor de un tercio de la comida. Las causas difieren entre países desarrollados y en desarrollo, pero reducir este hecho disminuiría las emisiones de gases de efecto invernadero y la inseguridad alimentaria.

Según el panel de expertos de la ONU, hay maneras de abordar los riesgos y reducir las vulnerabilidades en los sistemas de producción y distribución de la comida y de gestión de la tierra. La reducción de riesgos puede aumentar la resiliencia de las comunidades ante eventos extremos, lo cual tiene un impacto en la seguridad alimentaria. Un ejemplo podría ser realizar una serie de cambios en la dieta y en los alimentos que se cultivan, para prevenir la degradación de la tierra.

Un planeta bajo presión

La tierra ya está bajo una presión creciente producida por los humanos, a la que también hay que sumar ahora el cambio climático. Mantener el calentamiento global por debajo de los 2 ºC solo se puede lograr reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores, incluidos la tierra y los alimentos: “La tierra juega un rol muy importante en el sistema climático. La agricultura, la silvicultura y otros tipos de uso representan el 23 % de las emisiones de efecto invernadero. Al mismo tiempo los procesos naturales de la tierra absorben dióxido de carbono equivalente a casi un tercio del emitido por los combustibles fósiles y las industrias”, explica el experto Hans-Otto Portner.

Manejar los recursos de manera sostenible puede ayudar a abordar el cambio climático. “Las elecciones que hacemos en este manejo pueden ayudar a reducir, y en algunos casos hasta revertir, los impactos”, asegura Kiyoto Tanabe, uno de los científicos del Panel, añadiendo que “la tierra que ya está siendo usada puede alimentar a la población mundial y, al mismo tiempo, proveer biomasa para la energía renovable, pero se necesita acción temprana y extensa para lograrlo”.

Los riesgos del calentamiento global

Cuando la tierra se degrada se hace menos productiva y se reduce su capacidad para absorber carbono, lo que influye en el cambio climático, que en retorno contribuye más a su degradación.

“En un futuro, con lluvias más intensas, aumentará el riesgo de erosión del suelo en las tierras de cultivo. La gestión sostenible de la tierra es una forma de proteger a las comunidades de los efectos perjudiciales de la erosión del suelo y deslizamientos de tierra. Sin embargo, hay límites para lo que se puede hacer, por lo que en otros casos la degradación puede ser irreversible», Kiyoto añade Tanabe.

Aproximadamente 500 millones de personas viven en áreas que experimentan la desertificación. Las áreas secas son más vulnerables al cambio climático y a los eventos extremos, incluidos la sequía, las olas de calor y las tormentas de polvo, con una creciente población mundial que proporciona más presión.

El informe establece opciones para abordar la degradación de la tierra y también examina los impactos de los diferentes niveles de calentamiento global: hay riesgos muy altos de escasez de agua, incendios, degradación del permafrost y de inestabilidad en el sistema alimentario, incluso con un aumento de temperatura de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales y, con un aumento de 2 °C, el riesgo se hace mucho más intenso.

Las recomendaciones de los expertos

Como conclusión al informe, los expertos del IPCC destacan algunas recomendaciones básicas:

— Las mejores oportunidades para luchar contra el cambio climático se encuentran en un enfoque general de sostenibilidad combinado con acciones tempranas. Esto incluye un menor crecimiento de la población, la reducción de desigualdades, una mejor nutrición y un menor desperdicio de comida.

— Si se logra un sistema alimentario más resiliente se puede tener más tierra disponible para crear energías limpias y, al mismo tiempo, proteger los bosques y los ecosistemas naturales.

— Sin embargo, si no se actúa pronto, podría necesitarse más tierra para generar energía y esto conduciría a complicadas decisiones sobre su uso y el sistema alimentario. «Las políticas que apoyan la gestión sostenible de la tierra, aseguran el suministro de alimentos para personas vulnerables y mantienen el carbono en el suelo mientras reducen las emisiones de gases de efecto invernadero son importantes”, agrega Eduardo Calvo, coautor del informe.

— Además de las políticas relacionadas con el sector alimentario y de los suelos, otras como el transporte y el medio ambiente también ofrecen una diferencia crítica en la lucha contra el cambio climático. “Actuar rápidamente costará menos, ya que evitará más perdidas”, advierte el informe.

— “Hay cosas que ya estamos haciendo, utilizando tecnología y buenas prácticas, pero hay que aumentarlas y usarlas donde no se están aplicando. Hay un gran potencial en el uso sostenible de la tierra, en reducir el consumo excesivo y el desperdicio de comida, evitar que los bosques sean quemados, prevenir el cultivo excesivo de madera para combustible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, concluye Panmao Zhai, presidente de uno de los grupos de trabajo del IPCC.

El IPCC

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado en 1988 con el objetivo de realizar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta.

Este informe sobre La Tierra y el Cambio Climático fue preparado por 107 expertos de 52 países, y se trata del primero en que la mayoría de los científicos son de países en desarrollo y hay una participación de un 40 % de mujeres.

Resumen
“Más verduras y menos desperdicio”, pide la ONU para asegurar el futuro de los alimentos
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“Más verduras y menos desperdicio”, pide la ONU para asegurar el futuro de los alimentos
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"Las dietas balanceadas con más alimentos a base de granos, legumbres, frutas y verduras y con alimentos animales producidos de manera sostenible, ofrecen más oportunidades de limitar el cambio climático”.
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