La cosecha en la zona de producción de la DOP Azafrán de La Mancha, que ya ha arrancado en algunos puntos, viene marcada este año por la incertidumbre y el temor a que pueda verse gravemente afectada por las altas temperaturas y la falta de lluvias —como ya ocurrió el año pasado—, lo que agravaría aún más la situación de un sector que atraviesa su momento más crítico.

Así lo ha manifestado el presidente del Consejo Regulador de la DOP, Carlos Fernández, en una rueda de prensa ofrecida hoy martes en Toledo en la que ha explicado que este año se han inscrito en la Denominación de Origen Azafrán de La Mancha tan solo 201 productores con una superficie cultivada de 108 hectáreas, una cifra que queda muy por debajo de las 500 hectáreas que se consideran necesarias para mantener vivo el cultivo.

“En circunstancias normales en estos momentos estaríamos haciendo una previsión estadística de producción, sin embargo, la historia nos ha demostrado que esta metodología no es la correcta porque no se tienen en cuenta otros factores como la climatología o la ausencia de un mercado de cormos con garantía sanitaria, las dos grandes amenazas actuales del cultivo junto con otras que venimos arrastrando históricamente. Esta campaña es clave para el futuro del azafrán en Castilla-La Mancha aunque la cosecha sea muy buena: el sector está en riesgo porque las amenazas están ahí y sea cual sea la producción es necesario tomar medidas que garanticen el futuro del cultivo”, explicaba Carlos Fernández, añadiendo que es necesario contar con un plan específico dotado con el soporte económico que permita frenar el declive de la producción de este emblemático cultivo y que ayude a recuperarlo en el plazo más breve posible.

Azafrán de La Mancha

En este sentido, el presidente del Consejo Regulador ha recordado que a los problemas históricos que arrastra el sector —disminución progresiva de la superficie dedicada a su producción incluyendo su extinción en comarcas donde era característica su presencia, importaciones masivas de azafranes de otros orígenes, elevada exigencia de mano de obra acompañada de la mínima mecanización del cultivo y del proceso de transformación, la pequeña dimensión de las parcelas, la limitada integración de los productores en los sistemas de comercialización nacional e internacional, y el carácter social y familiar de este cultivo— se han unido en los últimos años dos nuevos de gran importancia: el aborto floral, provocado por el incremento de las temperaturas medias del otoño, y la ausencia de un mercado de cormos certificados.

Problemas que están provocando una caída progresiva del rendimiento: desde el año 2018, en el que hubo una cosecha récord en la zona de producción del Azafrán de La Mancha, con 903,7 kilos recogidos, la producción ha ido disminuyendo progresivamente, 606,5 kilos en 2019, 451 kilos en 2020 y 346,8 en 2021. Del mismo modo ha bajado la producción media por productor, con 3,41 kilos en 2018, 2,47 en 2019, 2,29 en 2020 y 1,81 en 2021.

 

Resumen
Preocupación por cómo afectará la climatología a la cosecha de azafrán de La Mancha
Título
Preocupación por cómo afectará la climatología a la cosecha de azafrán de La Mancha
Descripción
La cosecha en la DOP Azafrán de La Mancha viene marcada por la incertidumbre y el temor a que pueda verse gravemente afectada por las altas temperaturas y la falta de lluvias —como ya ocurrió el año pasado—, lo que agravaría aún más la situación de un sector que atraviesa su momento más crítico.
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