El perfil más frecuente del llamado consumidor healthy, el que cuida y mantiene una pauta de alimentación sana, está compuesto indistintamente por hombres y mujeres, aunque son ellas quienes comienzan a hacerlo antes, entre los 20 y los 30 años mientras que ellos, lo hacen a partir de los 30.
Al menos así se deduce de un reciente estudio llevado a cabo por el restaurante madrileño Batavia, especializado en comida saludable, cuyo objetivo era descubrir cómo son las personas que prestan más atención a su alimentación y responder a preguntas como si —como podría pensarse en principio— son las mujeres las que más se cuidan o, si por el contrario, son ellos los que se emplean más a fondo, además de saber a partir de qué edad se comienza a prestar atención a los temas relacionados con la nutrición y la salud.
El informe, Radiografía del consumidor healthy, fue realizado en base a los datos básicos obtenidos de los clientes del restaurante a través de detectores y tecnología IoT (Internet of Things, Internet de las cosas). Siempre de forma anónima, el sistema estudia el tráfico de calle mediante sensores y se recogen métricas sobre los clientes del local: rango de edad, sexo, tiempos de estancia en el restaurante y recurrencia de visitas. Con esta información se logra tener una visión del cliente que se adapta de forma constante dependiendo de la tipología del mismo.
El perfil healthy
Como primera conclusión se extrae el perfil de los que se cuidan y mantienen una pauta de alimentación sana, que está compuesto indistintamente hombres y mujeres aunque, sin embargo, ellas comienzan a hacerlo antes, entre los 20 y los 30 años, mientras que ellos lo hacen mayoritariamente a partir de los 30.
Sobre gustos, la radiografía healthy revela que los hombres se decantan más por el desayuno salado —preferentemente café solo y tostada con aceite y tomate— y que las mujeres prefieren sugerencias más dulces, en la línea de café con leche desnatada y croissant con mermelada artesana.
A la hora de comer también hay diferencias notables: carne para ellos —tipo bowl de ternera marinada— y pescados para ellas como, por ejemplo, un saludable bowl de salmón ahumado.
