Un nuevo proyecto de recuperación de tradiciones en el laboreo de la tierra y de la vid, seleccionando una parcela de entre las más viejas, plantada en vaso de la variedad tempranillo para homenajear a quienes convirtieron a Tomelloso en una potencia vitivinícola.
Los viñedos de Bodegas Verum están certificados como viñedos ecológicos. Ahora, la bodega ha seleccionado una de las parcelas de cencibel de más edad para recuperar las tradiciones de sus antepasados.
Verum significa verdadero, y bajo ese concepto, la verdad de la tierra y de la vid, trabaja la bodega desde que pusiera su primer vino en el mercado. Desde el inicio se trabajó bajo el concepto y premisas de cultivo ecológico consiguiendo la certificación en la cosecha 2013. Hoy suman un nuevo proyecto de recuperación de tradiciones en el laboreo de la tierra y de la vid, seleccionando una parcela de entre las más viejas de la familia, plantada en vaso de la variedad tempranillo para homenajear a aquellos que convirtieron a Tomelloso (Ciudad Real) en una potencia vitivinícola.
Al mismo tiempo, intentan transmitir estos valores de respeto al medio ambiente, sacrificio y esfuerzo a las nuevas generaciones de la familia, a aquellos que en un futuro tomarán las riendas de la bodega.
Como antaño
Esta parcela en el paraje de los Arcángeles será trabajada como antaño lo hicieran los gañanes (mozos de labranza) en esa tierra. Un proyecto que es posible gracias a la colaboración de asociaciones de carreros de Tomelloso (muleros), un grupo de personas que con gran sacrificio mantienen las tradiciones ligadas a la agricultura y con ello al cuidado y preservación de las mulas, animales nobles y fuertes que fueron imprescindibles en otra época y que hoy, de no ser por estas personas y proyectos, estarían abocadas a la extinción.
Bodegas y Viñedos Verum se encuentra en Tomelloso, Ciudad Real. Un proyecto nacido 2007 de la mano de la familia López Montero, enfocado a alcanzar la excelencia en los vinos y destilados que elaboran, para lo que seleccionan los mejores pagos de la propiedad con viñedos que superan los 30 años de edad media. Fue pionera en introducir la variedad Gewürztraminer en Castilla La Mancha. La cueva donde envejecen sus aguardientes, holandas y vinos tiene más de 8000 metros cuadrados en calles repletas de barricas de roble francés y americano en lo que es un homenaje a la historia vitícola de la localidad.
La familia López Montero tiene una vinculación con el sector del vino que se remonta a finales del siglo XVIII, propietaria de Destilerías Altosa y de la patente Roc Cube, una barrica cuadrada que con el mismo comportamiento que la bordelesa, reduce los tiempos de crianza y mejora el almacenamiento hasta en un 30%.
