El consumo de sidra ha aumentado en casi un 4% en el último año. Entre las razones, a los consumidores tradicionales se está sumando un segmento de público joven que valora cada vez más el origen natural de esta bebida y cualidades diferenciales.
El consumo de sidra se ha incrementado en casi un 4% (+3,8) de junio de 2014 a julio de 2015, según los últimos datos oficiales publicados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
De hecho, según los registros del propio Consejo Regulador, durante este mes de agosto de 2015 las ventas han crecido un 5% respecto a agosto de 2014, mes en el que crecieron de forma espectacular un 20% respecto al mismo periodo de 2013, datos que muestran que se trata de un producto de tendencia que se está asentando en las preferencias de los consumidores.
“Nos encontramos en una coyuntura muy favorable que se ha conseguido también gracias a los esfuerzos de todo el sector a la hora de comunicar las cualidades de este producto natural, artesanal, con cualidades diferenciales y a un precio muy competitivo”, asegura en este sentido Reyes Ceñal, gerente del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias.
La imagen positiva, renovada y actual que se percibe de este producto es otro factor que está propiciando el aumento de sus ventas, sobre todo, entre el público joven, segmento de la población en el que ha crecido considerablemente el consumo.
Nutritiva y saludable
El pasado mes de junio, el Consejo Regulador presentaba el primer estudio científico para este producto, realizado por el Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo, que destaca las propiedades funcionales de la sidra aunando sidra y salud. Un trabajo que pone en valor nuevas propiedades y beneficios de su consumo en la prevención de enfermedades tan frecuentes como las cardiovasculares y la diabetes, además de actuar como antioxidante y antiinflamatorio, y contra la diabetes y colesterol.
Las sidras analizadas fueron las tres acogidas a la DOP: sidra natural de escanciar, sidra natural filtrada o de mesa y sidra espumosa con carbónico natural. Todas ellas fueron objeto de ensayos ‘in vitro’ —para las actividades antidiabética y antioxidante— e ‘in vivo’ con peces cebra para las actividades antilipemiante y antidiabética. También se realizaron cultivos de células humanas para estudiar su capacidad antiinflamatoria.
Algunas de las conclusiones destacadas de la investigación demostraban que el consumo moderado aporta beneficios en enfermedades como las cardiovasculares y la diabetes. Además de que todas las sidras presentan actividades antioxidantes y antiinflamatorias, la sidra natural es la que más actividad tiene contra la diabetes y el colesterol.
En concreto, en la presentación de los resultados, el Dr. Vicente Fernández-Nespral Bertrand, uno de los autores del estudio, aseguró que con un consumo moderado la sidra actúa como un ‘medicamento’ e hizo también referencia al papel como ‘stent’ (cánula) por su capacidad antiinflamatoria.
