El pasado mes de marzo se fundaba la Red Nacional Villas Romanas de Hispania, un proyecto que busca considerar a las villas romanas como patrimonio común y recurso natural, crear un itinerario cultural conjunto y fomentar una red de cooperación para fomentar la investigación y conservación de estos enclaves.
Además, entre los planes que contempla esta iniciativa se encuentran desarrollar programas conjuntos pedagógicos y educativos para jóvenes y escolares, y promover un proyecto de turismo cultural que convierta estos recursos en un producto de calidad.
La Red Nacional Villas Romanas está integrada por: Las Musas de Arellano (Navarra), Almenara-Puras (Valladolid), El Ruedo en Almedilla y Fuente Álamo en Puente Genil (ambas en Córdoba), Fortunatus en Fraga (Huesca), La Olmeda en Pedrosa de la Vega (Palencia), La Loma del Regadío en Urrea de Gaén (Teruel), Veranes en Gijón (Asturias) y Villaricos en Mula (Murcia).
El denominador común es que en todas ellas se han acometido actuaciones significativas de excavación científica, consolidación y conservación en los restos arqueológicos. Asimismo, poseen una infraestructura mínima de acogida y una estructura de gestión estable de investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico. Son los requisitos que deberán cumplir futuras incorporaciones.
Las villas romanas, lujosas residencias rurales, constituyen un modelo de asentamiento y ocupación del espacio rural que ha generado un patrimonio arqueológico referente de la cultura romana en Hispania. Supusieron un modelo de organización del territorio, con profundas implicaciones culturales, sociales y económicas, que caracterizó la Hispania Rural durante varios siglos. En numerosos casos, su transformación final anunció el paso a la época altomedieval. Este patrón de asentamiento no hubiera sido posible sin la amplia red de calzadas y caminos que jalonaron la Hispania antigua, que facilitó la circulación de excedentes agrícolas en las villas, productos de consumo, talleres itinerantes de objeto lujo, pero también de ideas y saberes.
Las Musas, Arellano
La villa romana de Arellano, conocida también como villa de las Musas, se sitúa en el término municipal de Arellano, a 15 kilómetros de Estella/Lizarra, en un entorno natural idóneo para el cultivo de la vid, el olivo, el cereal y los árboles frutales, paisaje casi idéntico al que existía hace casi dos mil años.
En torno al siglo I se construyó una villa o casa de campo desde la que sus habitantes podían realizar todas sus labores agrícolas. La casa ocupaba el centro de la explotación, en un pequeño alto, para poder controlar fácilmente todos los cultivos. Gran parte de la casa estaba dedicada a la elaboración del vino, y servía también como almacén para guardar los aperos, granero para almacenar las cosechas y establo para los animales. A partir del siglo IV d.C. la elaboración del vino cesó y la actividad principal de la villa fue de tipo religioso, vinculada a los cultos a Attis y Cibeles, religión mistérica de tipo oriental.
La existencia de este yacimiento arqueológico se conocía desde finales del siglo XIX, pero no fue hasta 1988 cuando comenzaron las excavaciones que dejaron al descubierto las estructuras actuales. El edificio funcional, con 2.411 metros cuadrados, fue inaugurado en marzo del año 2008.
