Torrijas elaboradas con leche y cardamomo, torrijas con crema pastelera, versiones aderezadas con miel de arce en lugar del tradicional almíbar, otras en las que la base es de pan de espelta, recetas con vino, vainilla, chocolate… o las más tradicionales, en las que una rebanada de pan empapada en leche o vino y que, tras ser bañada en huevo y frita en aceite, se aromatiza con canela o licor y se endulza con almíbar, azúcar o miel.
Son algunas de las propuestas, tradicionales, innovadoras o gourmet, que se podrán probar en la II Ruta de la Torrija de Madrid en la que 22 pastelerías artesanas de la Comunidad de Madrid ofrecerán, desde mañana viernes y hasta el 15 de abril, este dulce típico de Semana Santa.
Todas las reposterías que participan en la Ruta elaboran las torrijas de manera cien por cien artesanal, totalmente a mano, lo que garantiza un sabor casero, auténtico, y de calidad. El precio oscila entre los 1,40 a los 3,80 euros.
Entre los 22 locales participantes encontramos pastelerías selectas de la capital y de otros puntos de la región como San Lorenzo de El Escorial, Colmenar Viejo y Tres Cantos.
Además, en esta edición los clientes que voten por la mejor torrija rellenando el cupón que encontrarán en los establecimientos participantes podrán participar en el sorteo de un Taller de Repostería a domicilio a cargo del repostero Roberto Martín Comontes.
Tradición centenaria
El origen de la torrija se remonta a finales del siglo XV cuando empezó a elaborarse en conventos y palacios. Más tarde la torrija se convirtió en un postre casero aprovechando el pan sobrante y enriqueciéndolo con leche, azúcar y huevos.
“Miel y muchos huevos para hacer torrijas” describía el poeta Juan del Enzina, quien señalaba el plato como indicado para la recuperación de parturientas. A partir de esta cita, las primeras recetas de esta elaboración se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería, de Francisco Martínez Motiño (1611).
Ya en tiempos más recientes, en el siglo XX, las torrijas llegaron a convertirse en un plato muy habitual en las castizas tabernas de Madrid, donde se servían acompañadas de un buen vaso de vino.
Hoy en día la torrija se ha convertido en un dulce tradicional en la época de Cuaresma y Semana Santa en España. Un alimento de origen casero y sencillo, pero contundente, que suple a la carne en estas fechas en las que históricamente los católicos no podían probar este alimento.
Las torrijas hoy
La torrija sigue siendo el dulce más demandado de la Semana Santa y, junto a las tradicionales bañadas en vino o leche, también se elaboran las rellenas de diversas mermeladas, cremas y chocolate o las mini-torrijas. Junto a la torrija, también se demandan en estas fechas las monas de Pascua y los pestiños, éstos últimos de gran tradición en la región.
Costumbre que sigue en auge, como demuestra el hecho de que los madrileños y visitantes consumieron durante la Semana Santa del pasado año 2014 más de 3,5 millones de torrijas artesanas, dos millones de pestiños y quinientas mil monas de pascua, según datos de la Asociación de Empresarios de Pastelería Artesana de la Comunidad de Madrid (AEPA), una organización que agrupa a más de 800 pastelerías de toda la región.
