2015 será el Año de la Gastronomía Escocesa, una buena oportunidad para explorar sus múltiples y sabrosos lugares para comer, beber y pasar un buen rato. Unos hábitats casi salvajes y un clima muy variado dan como resultado una amplia variedad de productos naturales, como frutas y verduras frescas, pescado o carne, sin olvidar, por supuesto, su famoso whisky.

Desde una sofisticada cena en restaurantes con estrellas Michelin hasta una tradicional y popular lobster ‘n’ chips (langosta con patatas fritas) junto al mar, pasando por productos y platos únicos, como el haggis (embuchado a base de asaduras de cordero u oveja), la sopa de pescado ahumado o el goloso cranachan (postre tradicional escocés), las posibilidades de disfrutar de la gastronomía escocesa son numerosas.

Además de las múltiples ferias gastronómicas que se celebran durante todo el año para promocionar los productos naturales y el talento culinario local.

Y sin olvidar la bebida escocesa por excelencia, el whisky, que se puede probar, además de en cualquiera de sus bares, en las propias destilerías. Son muchos los factores que contribuyen a que cada whisky escocés sea único. El sabor de los single malt depende de la procedencia del agua, de la naturaleza circundante y de la forma de los alambiques de cobre que se usen. Pero si se quieren comprender todos los matices y las complejidades, es esencial que visitar una destilería, porque no hay dos iguales, cada una está en un entorno y tiene una historia diferente.