Por un lado, un ron añejo que trae una nueva forma de entender el placer de una buena copa. Por otro, un chocolate de la más alta calidad. En conjunto, un maridaje irresistible con dos de los productos más tentadores del mundo.
Por un lado, un ron añejo que trae una nueva forma de entender el placer de una buena copa. Por otro, un chocolate de la más alta calidad. En conjunto, un maridaje irresistible con dos de los productos más tentadores del mundo.
Es Matusalem Gran Reserva 15, que ahora se presenta en una edición especial acompañada de una caja de cuatro bombones elaborados de forma totalmente artesanal, tanto en el relleno, como en el bañado y el decorado.
Los bombones están realizados con una cobertura de chocolate negro con un 70% de cacao, poco amargo, suave, ideal para potenciar y lograr que domine el sabor y las tonalidades del ron en un perfecto maridaje.
Matusalem era el ron preferido de la alta sociedad en Cuba durante la época dorada de la isla. Se destiló por primera vez en su capital en 1872 utilizando una fórmula secreta proveniente de España. Hoy, la familia Matusalem continúa utilizando su histórico método Solera, cuyo resultado es Matusalem Gran Reserva 15.
Santiago de Cuba, 1872
En 1872 los hermanos españoles Benjamín y Eduardo Camp, junto a un tercer socio, Evaristo Álvarez, se embarcan en una aventura fascinante: crear el ron más suave y de alta calidad que se hubiera probado nunca. Abrieron una destilería de ron inspirándose en el proceso de elaboración y añejamiento de brandys y coñacs y crearon una fórmula secreta, cuidadosamente guardada, que pasó de generación en generación.
Así nace, en Santiago de Cuba, Ron Matusalem. Un nombre que, casi 140 años después, sigue siendo mundialmente conocido como sinónimo de calidad y excelencia. A finales del siglo XIX, Ron Matusalem había cambiado el mundo del ron para siempre. El licor del pasado es reemplazado por una copa lisa, suave y refinada, que se sigue desarrollando junto con un profundo sentido de identidad cultural. Ron Matusalem gana el primero de muchos premios internacionales que acumula a lo largo de su historia. Recibe los máximos honores en 1881, 1904 y 1911, y trabaja con el objetivo de conseguir el mejor reconocimiento en el siglo XX y en el XXI.
